Estimados Amigos de  “Ashva Sports”, tengo el honor de reencontrarme con ustedes, en esta ocasión de la mano de un personaje muy rico e intrigante de la historia de Francia, desde un lugar especial del ceremonial, y cuando hablo de ceremonial en Francia resuena uno de sus ejes fundamentales que marcaron un estilo…hablo de   Luis XIV, hablo de “El Rey Sol”.

El Rey Sol fue rey de Francia y de Navarra​ desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte, con casi 77 años de edad y 72 de reinado.​

El rey era un gran amante de la elegancia y las buenas costumbres, así es que en  la corte de Versalles todos habrían de seguir las normas de comportamiento escritas.

Alguna de estas marcaba: 

1. En su presencia, nadie, nunca, podría estar por encima de él: si él llevaba ropa bordada en oro, el resto no podría aspirar más que a adornar sus casacas con hilo de plata.

2. Nadie podía sentarse en un sillón mejor que el suyo, ni usar accesorios más lujosos, ni vestir con mayor elegancia.

 La historia  cuenta que a lo largo de los 77 años de vida el Rey Sol no debió pasar sin compañía más allá de una hora. , Su día comenzaba al despertar, en el denominado petit lever., Asi es que a  las ocho de la mañana el ayudante de cámara (que había dormido al pie de su cama), anunciaba: "Es la hora" y el monarca abría los ojos. 

Posteriormente ingresaban en su cuarto el primer médico y el primer cirujano, que comprobaban su estado de salud, seguidos de los miembros de la familia real. , Luego se sumaban más dignatarios, un mínimo de 24 personas, cada uno con una función. 

El Rey Sol pasaba a un salón adyacente para tomar el desayuno, dos tazas de tisana previamente probadas por un catador para evitar envenenamientos. 

El ceremonial de la mesa era aún más complejo, veamos juntos como se desarrollaba un almuerzo : 

Su almuerzo tenía lugar a la una de la tarde en su estancia privada, el salón Mercurio, y contaba con 5 Pasos: sopas, entradas, asados, entremeses y frutas, y cada servicio (excepto la fruta) incluía entre dos y ocho platos. 

Llegada la hora de la comida, el ujier golpeaba con su bastón la puerta de los guardias reales reclamando en voz alta: "¡Caballeros, cubiertos para el rey!". A esa señal los oficiales de la guardia tomaban cada uno una pieza de plata y avanzaban en procesión hasta la cámara real. 

Cuando los alimentos llegaban a la estancia real, se anunciaba al rey que el almuerzo estaba listo. , el servicio era tarea de los chambelanes: uno cortaba la carne, otro la servía, un tercero la ofrecía. , el capellán bendecía la mesa y el veedor destapaba las soperas. ,en caso de que el Rey  deseaba beber, el copero de la corte exclamaba: “¡Bebida para el rey!” y un asignado doblaba la rodilla frente a Su Majestad, se dirigía a la alacena y recibía del bodeguero de la corte una bandeja con dos jarros de cristal, uno con agua, otro con vino presentando las copas  en bandejas de plata.

Por otra parte los platos se mostraban al rey antes de ubicarlos a la mesa, donde se disponían siguiendo un dibujo rígido, simétrico y repetido, en forma de cuadrado o círculo, con los más grandes en el centro y los más pequeños en los extremos del cuadro escénico.

Damas y Caballeros  espero que lo hayan disfrutado

Bon Appetit!

Hasta el próximo encuentro.

Anibal Di Gennaro de Olloqui.

          Abogado. 

Especializado en Imagen Institucional.

Cel: 0542664243811

 

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